jueves, 13 de enero de 2011
Cuestión de segundos
En ocasiones es muy difícil guardar las formas. En ocasiones la vida nos pide paciencia y templanza. Y en esas ocasiones lo que uno se le pasa por la cabeza son mil y unas cosas salvo mantener la paciencia y tener eso que llaman tener templanza y los nervios de hierro. Difícil tener todas esas cosas en momentos difíciles. Y en esos momentos solo unas milésimas de segundo y tal vez el azar nos conduce a la diferencia entre tomar una decisión acertada y otra que nos hará embarrarnos aun más.
jueves, 6 de enero de 2011
Una historia de autismo que resulto no ser tal
Hoy me alejare un poco del acoso escolar, pero es para irme a otras realidades también lamentables. Nuestra historia empieza hace mucho tiempo atras y nuestro protagonista era un niño de alrededor de 4 o 5 años con los dientes ya ennegrecidos y en un precario estado a causa de los chupetes llenos de azucar que le daban cuando era bebe para que no llorase. Como digo el niño tenia unos 4 o 5 años y un buen día la criatura dejo de hablar y ni con sarca corchos podían sacarle las palabras. No hablaba. Y cual indio del lejano oeste solo se expresaba con gestos y señales. Se le comió la lengua el gato dijo alguna vecina a la madre del niño. La madre del niño se preocupo por aquella actitud de su hijo. Aquello no era normal. Meneo su aun joven cabeza y con el cariño y también la responsabilidad que da el ser madre empezó a remover cielo y tierra para averiguar que le sucedía a su hijo y que recuperase las ganas de hablar. Cogía a su hijo de la manita y se iba primeramente al medico de cabecera de la pequeña localidad donde residían. Cuando el medico de tez amarillenta meneo la cabeza ante el caso que le presentaban, la madre cogío de nuevo al pequeño de su manita y se fueron una y otra vez en un incomodo autobús al hospital infantil de la capital. "Tantas veces como haga falta" solía decir la esforzada madre a su hijo "Por que vamos a saber lo que te pasa a que sí" sonreía la mujer mientras se agachaba para abotonar la chaqueta de su hijo para que no cogiese frío. La visita al Hospital se hizo casi una rutina. Un día mientras estaba el niño y su madre en una sala de espera para nada especial a las que existen en cualquier Hospital una mujer que estaba esperando con una niña pregunto que le pasaba al crío ya que le veía hacer unos gestos muy raros. La madre del niño que aunque estaba apenada por lo que le pasaba a su hijo nunca había ocultado lo que le pasaba a su pequeño y siempre contaba su historia a todo el que quisiera escucharla, no con ganas de acaparar protagonismo ni para que le dijesen que pena sino movida por esa normal naturaleza humana de desahogarse con los demás se lo contó aquella mujer. Terminado el relato de lo que le pasaba al niño la mujer dijo con voz apenada y con gran imprudencia: "Que lastima tener un hijo retrasado". Y si fuera poca aquella afirmación unos días más tarde el mazazo fue más grande cuando un medico sugirió que aquello tenía toda la pinta de ser (redobles de tambor): autismo. Una enfermedad que afecta a quién la sufre condenándolo ala incomunicación con los demás, al desarrollo de la imaginación, a la falta de saber como expresar los sentimientos, etc. El niño tenía autismo. O eso es lo que le dijo el medico a la mujer. ¿Por qué había llegado aquel medico a aquella conclusión?, bueno en realidad no es que fuera una conclusión de punto y final sino una posibilidad ya que uno de los síntomas del autismo es el retraso o la ausencia del lenguaje. La madre del pequeño pregunto que era eso y más o menos la respuesta fue que su hijo si es que tuviese eso seria una persona incomunicada con el resto de la sociedad. Imaginaros el varapalo que fue para la madre del niño. Ya, pero lo que había pasado este medico por alto fue que si el niño hubiese sido autista no hubiese desarrollado una forma alternativa como la de hacer gestos con las manos para que le entendiesen. Y que los síntomas en niños se tienen que manifestar a una edad comprendida a los 3 años. Sin entrar en más valoraciones sobre este profesional de la medicina decir que siguieron las pruebas, tales como un tac craneal (el niño ya siendo adulto nunca se olvido que aquella maquina parecía lo más grande del mundo y que dentro aun olía al vomito de un niño pequeño al que le habían hecho la prueba y se había mareado). Después de todo aquello al niño se le descarto el autismo y cualquier trastorno y nunca se supo que le había sucedido al niño. Para lograr que el niño hablase se le mando al logopeda y además se le puso un profesor de apoyo en la escuela ya que todo aquello había provocado que no fuera todo lo bien que debía de ir. Al final el niño consiguió expresarse razonablemente bien, terminar el colegio y convertirse en un adulto. Atrás tubo que dejar aquel enigma y la etiqueta momentánea que le pusieron de "niño autista", por le camino tubo que enfrentarse al acoso escolar que vivió en el instituto, pero esa es otra historia que aparece en otro lugar.
Otro año con Memorias de Bullying
Comienza un año más en el devenir de mi vida y de millones y millones de seres humanos en este planeta Tierra. También comienza otro año para el Blog, su primer año y al igual que el anterior seguiré denunciando el acoso escolar (y también cualquier discriminación que se cruce por mi camino) y relatando mi propia historia claro ejemplo de esta terrible lacra que se vive en nuestra educación.
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