En ocasiones es muy difícil guardar las formas. En ocasiones la vida nos pide paciencia y templanza. Y en esas ocasiones lo que uno se le pasa por la cabeza son mil y unas cosas salvo mantener la paciencia y tener eso que llaman tener templanza y los nervios de hierro. Difícil tener todas esas cosas en momentos difíciles. Y en esos momentos solo unas milésimas de segundo y tal vez el azar nos conduce a la diferencia entre tomar una decisión acertada y otra que nos hará embarrarnos aun más.
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