viernes, 26 de febrero de 2010

Ideas para mejorar el Blog

Muy buenas ha todos los que habitualmente me seguís. Según voy escribiendo en el blog se me va ocurriendo nuevas ideas para mejorar el blog, como por ejemplo encuestas, marcador de visitas y algún etc. más. Mi última idea ha sido el de añadir comentarios míos sobre libros que leí durante mi etapa en el instituto, tal vez también añada alguno que me haya marcado en algún momento más reciente de mi vida. Bueno de momento es solo una idea, una nube que se cierne sobre mi cabeza, pero como los que lo leeréis eso soy vosotros os lo dejo en vuestras manos. Publicare una nueva encuesta preguntándoos que tal os parece la idea. Según lo que votéis así actuare.


jueves, 18 de febrero de 2010

El odio es la violencia interior que no atiende sino a su propia voz.

lunes, 15 de febrero de 2010

Pesadillas

Una de las secuelas que quedaron grabadas en fuego vivo en mí ser, con motivo del calvario que viví en el instituto, fueron las pesadillas. Hubo un tiempo en que las pesadillas se paseaban casi todas las noches por mi cama, para atormentarme con collejas y acontecimientos ficticios que tenían como escenario el instituto. Estas pesadillas no se esfumaron tan siquiera cuando abandone el instituto, me seguían atormentando una y otra vez, creyendo que volvía una y otra vez a aquel infierno. Nunca eran las mismas pesadillas, cada vez era una nueva y aun más tormentosa que la anterior. Pero todas tenían un hilo conductor, aparte de que se producían en el instituto, el hilo era la sensación de culpa. Os lo explicare un poco por encima para que lo entendáis mejor. En las pesadillas que tenía durante mis años de instituto era yo el protagonista de aquellos sueños, el que recibía las agresiones, pero en las pesadillas posteriores a mi marcha de aquel lugar aparecía mi persona como mero espectador impasible a otras agresiones y otros calvarios. Un testigo que no se diferenciaba mucho a las estatuas de mármol, solo miran nuca intervienen. Aquellos sueños me atormentaban, puesto que veía a gente que sufrían similares agresiones a las que yo había vivido en la vida real, pero nunca intervenía en favor del agredido, a pesar de que era mi intención durante aquellos sueños. Poco a poco fui entendiendo que lo que me hacían ver aquellos sueños, era que en lo más profundo de mi estaba una sensación de culpa, la culpa por no haber sabido atajar mis problemas y que en los sueños aparecían reflejados aquellos problemas pero con semblantes distintos al mío y yo como espectador impasible. Cuando con el paso de los meses fui entendiendo aquellos sueños, estos poco a poco disminuyeron. Entendí que no tenía culpa alguna en lo que me había sucedido. Desde entonces las pesadillas desaparecieron de las noches de sueño. Pero nunca podre olvidar la sensación que tuvieron en mí aquellas malditas pesadillas, pero gracias a ellas pude entenderme a mí mismo algo mejor.






viernes, 12 de febrero de 2010

Hago más caso del testimonio de mi conciencia que de todos los juicios que los hombres hagan por mí.
Abase de aguantar lo inaguantable, llegara un momento en el que ya no se pueda aguantar más

miércoles, 10 de febrero de 2010

El desasosiego de la creación literaria

Cuando estoy escribiendo nuevas entradas del blog no puedo evitar que mi mente sonría recordando cuando fue la primera vez que escribí no para mí, sino para un grupo más grande de personas. No, no fue en este blog. Fue hace ya bastante tiempo, en el instituto. Se trataba de mi último año escolar y me pidieron desde la revista del Instituto cuyo nombre era Sacando Punta (absténganse todo aquel mal pensado de comentar con socarrona el titulillo de la revista), que escribiera una recomendación de lecturas que me pareciesen interesantes. Dicho y hecho. Mi horno mental empezó a calentarse y salirme no una sino varios libros para recomendar, como si fueran panecillos. La verdad es que no solo les agrado mi recomendación de libros a los responsables de la revista, sino también a muchos alumnos del instituto, el dato era curioso, no les gustaba la recomendación del libro, sino como estaba escrita y enfocada. ¿Curioso, no? Escribo una recomendación sobre libros y consigo que la gente se entretenga leyéndome a mí y no los libros que recomiendo, va un plan. Al siguiente trimestre publique otras recomendaciones sobre libros, pero mi mente no estaba contenta con escribir solo recomendaciones, tenía que hacer algo que me bullía por dentro. Una idea me estaba rondando, pugnaba por salir adelante, como si fuera un naufrago en medio de un océano que intenta salir a flote. Asique que una tarde cogí boli y papel y me puse al trabajo. No llevaba ni 5 minutos cuando el boli empezó a negarse a escribir. Valla el primer inconveniente que se me presenta, asique que no lo dude y empecé a escribir con el boli rojo. Al principio me costaba un mundo rellenar tan siquiera una línea, puesto que mi cabeza era un caos de ideas y conceptos que no se dejaban organizar tan fácilmente. Paso una semana y ya llevaba 3 páginas tiradas a la basura, tranquilo, pensé ya saldría algo. Pasaron otras dos semanas y el numero de paginas arrancadas en mi cuaderno aumentaba alarmantemente y desesperanzadora para mí. Todos los días me ponía a escribir en el cuaderno y nunca salía nada digno de ser leído, por lo menos según mis criterios. No estaba saliendo tan bien como había pensado en un principio, todo lo contrario estaba siendo un fiasco. Decidí abandonar durante un tiempo aquella tarea que me había puesto a mí mismo, para ordenar mis ideas en mi cabeza. Paso una semana antes de que me pusiera de nuevo a la faena. Esta vez empecé a avanzar más deprisa y no descartaba ni una hoja, aunque los tachones eran bastante abundantes en aquella hoja en blanco. Me faltaba poco para terminar aquel texto cuando decidí leerlo en conjunto. Mis ojos empezaron a pasearse por las hileras de letras de aquellas hojas de cuaderno. Mis ojos no daban crédito a lo que veían. El escrito estaba casi terminado, no tenía faltas de ortografías importantes, el texto era coherente y se podía seguir fácilmente, pero no me podía creer lo que veía. No tenía alma todo aquel escrito. Se entendía, pero era igual que leer unas instrucciones para montar una tienda de campaña o un manual para poner una lavadora. Aquello estaba alejado de mi intención inicial, de expresar de transmitir a los demás. Cogí todo aquel lio de hojas y lo tire a la papelera. Mi deseo de escribir algo que me salía de las entrañas estaba siendo algo imposible. El intentar poner orden en mi cabeza había logrado solo dar a luz algo sin sentimientos. Mientras estaba en estos pensamientos mis ojos se encontraron con una antigua felicitación de cumpleaños, sonreí. La cogí y la mire con atención. Aquella felicitación había sido escrita por una antigua compañera mía de primero de la E.S.O. Hacía ya unos años que me había escrito aquella felicitación. La felicitación consistía en una hoja plegada por la mitad y pegada con pegamento en la portada había un gusano y a los lejos se podía ver la silueta de una voraz águila. Dentro había una tarta de cumpleaños. Sencillo, pero efectivo para felicitar a alguien. Dentro había unas letras bien apretadas entre sí de color azul. Las leí. Cuando termine vi que a pesar que todo aquello era muy sencillo daba en el clavo, a la hora no solo de felicitar los años, sino de transmitir lo que quería esa persona: su sincera amistad. Aquello me dio una idea y empecé a escribir de nuevo. Las palabras fluían como las aguas de un rio bajando una pendiente, imparables. Me brotaba de las entrañas todo aquello, sin necesidad de ordenarlo, lo que saliese saldría. Cuando termine tenía tres hojas escritas, no las leí, las guarde y al día siguiente las entregue a la revista del instituto. Pasaron unos meses y cuando faltaba unos días para terminar el curso un nuevo número salió a la luz. La gente empezó a mirarla y leerla y cuando llegaron a la pagina 7 se encontraron con un escrito que tenía como titulo Grita. Si, como habréis adivinado aquel texto no era otro que el que me había quitado tanto tiempo de sueño. El escrito iba sobre los malos compañeros de clase, criticas sobre el sistema educativo, las penurias de la gente que sufría maltrato escolar y todo esto centrado en la amistad. Ñoño y previsible pensaran alguno que estará leyendo esto ahora. Ñoño no sé si fue, pero salió lo que quería que saliese. En fin así fue mi experiencia como columnista de una revista estudiantil y el principio de mi afición por escribir.

viernes, 5 de febrero de 2010

Sentimientos: El Dolor

El dolor ha sido una sensación que me acompaño durante gran parte de mi estancia en el instituto. Pero el dolor puede ser producido por multitud de factores y no siempre el dolor que producen es el mismo. Nunca pensé antes de entrar en aquel instituto que pudiese sufrir tanto y que aquella sensación, el dolor, se convertiría en algo que me acompañase casi siempre. Dolor. Sentí dolor al ver que mis compañeros de clase de primer año a los que consideraba mis amigos me dejaron a un lado al año siguiente. Sentí dolor al verme tirado en el suelo, no una sino varias veces. Sentí dolor cuando mi sangre recorrió mi boca con motivo de un puñetazo. Sentí dolor en mi soledad. Sentí dolor al empezar a comparecerme y a pasar de todo y de todos. Algunas veces el dolor era físico y otras veces estaba en mi alma, atenazándome sin dejarme en paz. Una paz que si bien no tenia por completo intentaba abrirse camino, evadirse ya fuese por medio de la lectura, ya fuese distrayéndome con otras. A causa del dolor me invadió otro sentimiento, el egoísmo. Con el tiempo me empecé a empeñar en echar la culpa de mi situación a todos, nadie hacia nada por mí. Y así la palabra nosotros, fue sustituida por yo. Mi dolor no me dejaba ver que si bien había gente que me hacía la vida imposible había unos pocos que se preocupaban por mí. Y con esta ignorancia que me imponía en los ojos me hacía daño a mí mismo. Claro que esto no fue de un día para otro, pero se fue gestando a medida que pasaban los años y pasaba de curso. Así hasta llegar a mi último año en aquel instituto que para mí se había transformado en un infierno permanente. Fue en ese último año cuando me di cuenta que una cosa era haberlo pasado mal por causa de unos pocos y otra cosa era el convertirme en alguien amargado y con odio en mi interior hacía todos. Poco a poco mi ofuscación y rencor se fue diluyendo en ese último año. Y aunque si bien no me soluciono mis problemas sí que me sirvió para estar en paz conmigo y con los demás. Años más tarde aprendería que se puede contar con gente que te escuchan para ayudarte.






martes, 2 de febrero de 2010

Jokin


Era una mañana de mediados de Septiembre, concretamente el 21 y un joven de unos 15 años subía a lo alto de las murallas de Hondarribia. El joven que respondía al nombre de Jokin se precipito al vacío desde aquellas murallas. Su cuerpo callo al frio suelo, perdiendo la vida. De aquello ya han pasado 6 años y aun así me sigue poniendo la carne de gallina. Personalmente no le conocía, ignoraba su existencia hasta el momento de su muerte, cuando oí su trágico final en los informativos de la noche. Las primeras informaciones de aquel día y del siguiente indicaban que el joven había muerto al caer desde lo alto de las murallas. ¿Pero por que alguien tan joven haría eso? Las primeras hipótesis indicaban que el joven sufría acoso escolar por parte de un grupo de jóvenes y que arto de aquella situación decidió acabar con todo aquello poniendo fin a su vida. El caso me llamo la atención, por aquella época seguía yo en el instituto. Estuve atento a los informativos durante las siguientes semanas. Poco a poco se iban destapando las causas del suicidio. El Joven Jokin había cambiado de amistades a mediados de aquella primavera. En el verano acudió a un campamento con su actual grupo de amigos. El campamento transcurría sin novedades destacables, hasta que un día los monitores pillaron a Jokin y a sus amigos fumando Hachís. Los monitores decidieron mandar sendas cartas a los padres de los menores descubiertos al finalizar el campamento. Ninguna de esas cartas llegaron a las manos de los padres de los menores, ya que habían sido interceptadas por ellos para evitar que sus padres se enterarse. Todas las cartas fueron interceptadas, dije. No todas una llego a manos de los padres de Jokin. Estos decidieron telefonear y ponerse en contacto con los padres de los menores. Los padres de los demás jóvenes no tenían ni idea de lo sucedido y hablaron con sus hijos. Los jóvenes pensaron que Jokin los había traicionado y se había ido de la lengua. Rápidamente le dieron de lado pero no se conformaron solo con eso. Al final del verano el joven Jokin apenas salía de su casa, pero llego las fiestas del municipio a principios de Septiembre. El joven asistió a las fiestas, pero en un momento dado se topo con su antigua cuadrilla de amigos. Estos al completo se fueron a por él y le agredieron. Tuvieron que separarlos. Con este ambiente malsano se acercaba el principio del curso 2004-2005. Las clases empezaron el día 13 y con ellas el principio del fin para Jokin. Aprovechando un cambio de clase uno de sus antiguos amigos (si es que se le puede llamar así) se dirigió al muchacho para recriminarle su comportamiento durante el amigo y aprovecho para pegarle un puñetazo en la boca. El muchacho empezó a sangrar por la boca, pero el día no había terminado, todo lo contrario. Durante los cambios de clase los jóvenes se las apañaban para agredir y no ser vistos por los profesores. Una vez terminadas las clases le esperaban a la salida increpándole. 14 de Septiembre. Durante aquel día siguieron las agresiones y en la hora de gimnasia aprovecharon los agresores el juego de balón prisionero empezaron a lanzarle balonazos a diestro y siniestro. El joven Jokin tuvo que abandonar la clase. Al día siguiente que era 15 con motivo de la coincidencia en la fecha con un hecho producido el año anterior en el que el muchacho a causa de padecer diarrea se mancho en clase, los jóvenes decidieron hacérselo recordar tirando por la clase papel higiénico y dejando dos rollos de papel en la mesa de Jokin. Cuando la profesora llego a clase y vio todo aquello pregunto quién había los culpables acusaron a Jokin. La profesora ordeno al muchacho a recoger todos los rollos tirados. El muchacho se enfrento a la peor humillación que había vivido hasta entonces. Aquella situación se estaba volviendo insoportable para el joven vasco de 15 años. Ese mismo día y como ya se estaba volviendo habitual, le volvieron a agredir, esta vez fue algo diferente, ya que se metió una menor que le dio una ostia al joven. Jokin no hizo nada por defenderse ante los golpes de los muchachos ni ante la cachetada de la joven. Los días 16 y 17 el muchacho no acudió al instituto, pero lo mantuvo en secreto ante sus padres saliendo y entrando a casa como si viniese del instituto. Esto solo se descubre cuando el día 17 una profesora telefonea a los padres del joven para informarles que su hijo no asistía a clase. Los padres de Jokin como es lógico hablaron con su hijo y descubrieron que tenia hematomas por todo el cuerpo. Lo pusieron en conocimiento del instituto y el día 20 la jefa de estudios hablo con todos los menores implicados en las agresiones recibidas a Jokin. Estos reconocen los hechos. Entonces la jefa de estudios decide reunir a todos los padres de los implicados en las agresiones a Jokin y a los padres de este. Llega la mañana del 21 y la madre de Jokin descubre que su hijo no se encuentra en su casa, aproximadamente serian las 7:00 de la mañana. A las 8:00 llama al instituto y este le responde que el menor no se encontraba en clase. Al medio día Jokin sigue sin aparecer, aun así se empieza con la reunión que tenía prevista entre los padres de Jokin y los de los agresores. En esta reunión se produce una discusión algo subida de tono y los padres de los jóvenes reprochan a los padres de Jokin el comportamiento de este y le restan importancia. Se empieza a buscar al joven de 15 años, el cual se le encuentra sin vida a los pies de la muralla del municipio a las 18:30 de la tarde. La autopsia revelaría que el menor se precipito alrededor de las 7:00 de la mañana. Un trágico final para una de las miles de historias de Bullying que se produce en nuestras aulas. A raíz de este caso la sociedad abrió los ojos ante lo que estaba pasando en sus aulas. Parecían que habían descubierto algo nuevo. Pero no era así. Jokin no fue ni sería el primer caso de maltrato escolar en España, ni lamentablemente sería el último caso se suicidio por motivo del acoso escolar en nuestro país. Se empezó desde entonces a hacer estudios y encuestas sobre el maltrato en las aulas y se empezó a destapar innumerables casos de violencia en las aulas. La sociedad descubrió (en realidad se dio cuenta y empezó a mirar un problema que habían ignorado pero que allí estaba) que no solo los alumnos eran agredidos por parte de otros muchachos, sino que la autoridad del profesor estaba profundamente dañada y agrietada. El profesorado recibía por parte de algunos alumnos insultas y hasta paliza. Pero aquello no termino en ese descubrimiento. También se descubrió que en varias redes de internet y en páginas de videos como Youtube aparecían filmadas las agresiones. La pregunta que se adueño de una parte de la ciudadanía fue ¿Como nadie se había dado cuenta hasta entonces que todo aquello existía? Una muy buena pregunta. Mi respuesta a este interrogante es que la sociedad miraba hacia el pasado y aun lo seguimos haciendo, recordando que hace 40 años vivíamos en una dictadura y que el sistema escolar era una prolongación de la opresión que vivíamos en España. Que no tenía nada bueno, entonces llego la Democracia y el pensamiento generalizado fue que había que hacer todo al revés de lo que se había hecho hasta ahora. Y aquí vino el error a mi entender. Ya que se elimino los errores de la educación franquista, pero también los aciertos. Algunos aciertos de esta educación que algunos denominan franquista fue el respeto al profesor, el no tutearle la separación entre alumno y profesor y la consideración al profesor y al maestro como una autoridad. Todo esto se suprimió y se igualo al profesor con el estudiante. Y aquí vino uno de los fallos. También se cometió otro. Los padres que antes habían sido hijos y que habían sido educados entre seberas reglas decidieron hacer todo lo contrario que sus padres habían hecho con ellos. Y como ejemplo decir que no solo se descubrió que los alumnos agredían a sus compañeros y a los profesores, sino que también algunos padres agredían a los profesores cuando eran informados sobre las fechorías de sus hijos, considerando al profesor como único culpable. Y así se empezó a fraguar todo esto. Espero que nadie me malentienda. No añoro a Franco, tal vez porque nunca le conocí y no viví durante su dictadura. Reconocer que en el pasado vivíamos en una dictadura, no quita para reconocer que hubo aparte de sombras y tinieblas también aciertos. Y que transformar una dictadura en una democracia no significa hacerlo todo al revés, sin importar si está bien o mal, solo pensando en que antes se hacía así las cosas y ahora se hacen asaun aunque estén mal. Volviendo al caso de Jokin. Su muerte destapo lo que se denomino Bullying o acoso escolar. Quedándose al desnudo ese problema ante la sociedad. Desde entonces a habido numerosas encuestas y se han tomado algunas medidas para atajar este problema, a día de hoy aun no se a atajado el problema y las agresiones siguen allí y también el fracaso escolar que en muchas ocasiones son empujados los jóvenes por el maltrato y el desprecio que reciben de sus compañeros.                     Descansa en Paz Jokin, allí dónde estés.