sábado, 10 de abril de 2010

Agresiones verbales

En algunas entradas os ido narrando algunas de las palizas, golpes y agresiones que recibí durante aquel infierno, pero hoy no os hablare sobre agresiones físicas, sino sobre las agresiones verbales, aunque en algunos casos más que agresiones físicas verbales fueron auténticos torrentes de veneno, que en algunas ocasiones consiguieron envenenarme por dentro. Como todos sabéis las agresiones verbales son los insultos, amenazas y otras lindeces sarnosas que una persona o uno mismo le dedica a otra. El cometido de todo aquello, de todas esas palabras, no es otro que debilitar y hacer un daño terrible, un daño tan terrible en algunos casos que me atrevería a compararlo con el lanzamiento de una bomba de gran capacidad destructiva sobre un pueblecito, dirigido hacia el blanco de nuestro odio. Durante mucho tiempo el blanco de aquellas bombas fui yo. Recuerdo algunas lindeces ya clásicas en el vocabulario español como por ejemplo " hijo de puta", "cabron, imbécil, jilipollas, etc"(como veis no pienso cortarme ni un pelo en esta entrada a la hora de ilustraros sobre las distintas lindeces que existen en esta vida y que te pueden dedicar, el que crea que no era necesario estas palabras y otras para hablar sobre el tema de las agresiones verbales que deje de leer esta entrada), pero también había algunas que eran autenticas obras creativas del individuo que me agredía como por ejemplo esto, toda una declaración de principios y de amor al prójimo; "Eres la basura que nadie quiere tener en su cubo de basura de lo patético y lo mierda que eres"; otra " " si fuera yo familia tuyo me cambiaria los apellidos para que nadie me relacionase contigo";, sí señor, poesía pura y dura esta última. Aquellas palabras o mejor dicho el desprecio, el odio y la sin razón que contenían me dolían y me afectaban en mi ánimos, mucho más que si me hubiesen dado un puñetazo o algo peor. Por mi interior podía sentir que algo se desgarraba, no físico, no un órgano vital, pero si algo de mí, un pedacito de mi alma se encogía y sangraba. En algunas ocasiones pensaba, cuando había alguien o alguiens que me insultaban y me agredían que era mejor que se dejaran de tanta palabrería y que puestos a elegir fueran a por mi cuerpo y dejaran de torturarme con palabras cargadas de ponzoña. Muchas veces aquella ponzoña, aquel veneno que soltaban en forma de insultos, amenazas o burlas eran el prologo de lo que más tarde vendría, los golpes y la agresión física, aunque en ocasiones cuando golpeaban y volcaban sus miserias sobre mi lo acompañaban con la ya citada ponzoña, con la agresión verbal. Aquellas palabras junto con las agresiones y los pequeños detalles de desprecio y superioridad que me regalaban me hundieron en lo más profundo de la miseria personal, que uno puede imaginarse o que en una noche de pesadillas haya podido contemplar. Aunque todo aquello, todo aquel torrente de palabras derramadas contra mí, sabía que eran mentira, poco a poco me lo fui creyendo y en algunas ocasiones de soledad una voz en mi cabeza que no era otra que mi propia voz, me repetía torturada mente que aquello que decían los demás era la pura verdad y me inquietaba diciendo que todo aquello me lo merecía. Es el poder de la palabra o mejor dicho de la mentira, cuando se repite tantas veces una mentira se transforma en una verdad para aquellos que la han soportado durante mucho tiempo. Pero a pesar de las palabras de desprecio que me decían mis compañeros y mis propios fantasmas personales pude con el tiempo superarlo, aunque fue cuando salí de aquel calvario, de aquel infierno que supuso el instituto para mí cuando a base de otras palabras, incluso de algún alago merecido con sudor de mi propio trabajo cuando supere aquellas mentiras que se habían convertido para mi en una verdad casi irrefutable.



6 comentarios:

  1. ENORABUENA X ESTE EXCELENTE BLOG AUNQUE SOLO M E LEIDO LAS ENTRADAS DE MARZO Y ESTA ULTIMA ESTOY SEGURA Q ESTARAN IGUALMENTE EXTRAORDINARIAS. oYE ESO DE FEANOR X Q NO SERA QDE FERNANDO?

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  2. Era una niña a la que le gustaban mucho las matemáticas y la ciencia. Recuerdo aquel álbum que releía sobre la historia de la Tierra. Me encantaba releerla, una y otra vez.Ya a los 7 meses hablaba, (me cuenta mi madre, siempre ha bromeado, cómo decía perfectamente "salchichón"), andaba antes sobre la cama deshecha que sobre el suelo (por eso ella siempre ha bromeado diciendo que sólo se me da bien lo que a otros se les da mal... jaja! ¿Tenía más cualidades que estar “gorda”?
    Me llamaban “gorda” pero jamás pudieron llamarme fea, porque las que tenían narices de buitre eran ellas/os, o dientes de conejo (la cara es el espejo del alma) , o piernas torcidas, o cuerpo de tío (mujeres andróginas), o excesivo vello corporal ... Toda una retahíla de defectos corporales que yo no poseía pero ellas/ellos sí, aunque parece ser que sólo contaba el mío.
    Ahora ellas/ellos siguen con sus defectos, más aumentados aún si cabe, y yo, me desprendí de aquel “enooorme” defecto, que justificaba que fuera humillada, despreciada, vilipendiada, maltratada, amenazada y agredida a veces con una furia fuera de toda lógica.
    En el colegio lo peor era el recreo. Las compañeras me despreciaban (gorda y empollona me decían también), si superan que nunca he necesitado empollar … Pero peor que el colegio fueron las vacaciones en La Manga, urbanización Golamar... Wauuuu! Qué vacaciones más tonificantessssshhhh!!!
    Yendo al grano: mis padres compraron un piso en la maldit... urbanización. Allí estuve desde los 12 hasta los 23 años, ahora que lo estoy escribiendo, todavía me tiemblan las manos. (Menos mal que mi marido ahora se ha ido a dormir y no me ve). Desde los 12 años, los insultos fueron continuos, hasta se apostaban en el portón del bloque (casualmente había un banco) y cuando me asomaba por la ventana: ¡Gorda!. Allí estaban sus mamis/papis que cuando el/la adolescente me insultaba, en vez de mirarlo a él, ¡me miraban a mi y con reprobación! Para bañarme en el Mar Menor, tenía que levantarme temprano, sobre las 7, antes de que mis “inquisidores” se levantaran. Porque si no, después de insultarme a placer, alguna que otra piedra podía volar hacia mi. En una ocasión, me cercaron unos 5 o 6 adolescentes-hombres gritando obscenidades mientras venían hacia mi en el mar. Yo, con miedo-odio, iba avanzando hacia la profundidad huyendo de ellos, hasta que se cansaron. (Pensaba que me iban a agredir o violar). Desde la orilla se vería todo, pero claro, la culpa era mía porque no me relacionaba... ¡Es increíble!. Pues no, no me relacionaba ni me relacionaré con la gente que me insulta, porque 'pa' huev... los míos hasta el final. Después le tiraban piedras a mi linda y dulce gatita Cleopatra (qué guapa y buena era). Que si yo era muy rara porque cuidaba a mis gatos (de esto mi marido suele decir que es la mentalidad del torero-torturador española, y me recuerda que en el norte de Europa, los gatos son muy queridos y apreciados y es normal darles afecto).
    A los 23 años, después de haber terminado mi primera ingeniería dije a mis padres que no soportaba más ir a La Manga de vacaciones, que fueran ellos solos porque si me obligaban a volver allí, me suicidaría. Aquel acoso que tuve (con los ojos cerrados de mis “pobres padres”) hizo que mis padres vendieran la casa. Yo nunca más he veraneado aunque ahora nadie puede insultarme.
    Luego hice mi segunda ingeniería superior, aprobé unas oposiciones del Estado, empecé mi doctorado, me casé, construímos un hogar, me compré un coche y seguí cuidando de mis gatos y además alimentando a 4 gatos callejeros ¡¿Pasa algo?!. Cada vez que me pongo a hacer mi hora diaria de gimnasia, me acuerdo de mis “inquisidores” y de sus muert..., y digo: ¡Va por ustedes! ¡Olé!

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  3. hola les digo algo a mi me hacen bullyng verbal y me dalla mucho y mi mamá no me quiere ayudar

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    1. Trata de buscar otras ayudas, como psicólogos, otros familiares, etc

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  4. ami me lo hacen mucho i yo tambien lo hago haro ra voy a refleccionare para ya no torturarme es malo el odio i poco a poco te vas hundiendo gracias por la informacion

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  5. me sirvio para la tarea

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