martes, 30 de marzo de 2010

Diario

Como todos sabéis todas y cada una de las experiencias relatadas en este blog pertenece a mi persona. Desde luego no os descubro las Américas (aunque siempre hay algún despistado suelto por ahí que siempre esta rondando), pero seguramente lo que no sabréis por que todavía no os lo he revelado es que si bien todo los acontecimientos que os relato no solo salen de hacer un esfuerzo mental y recordar todo aquello. Se podía decir que a la hora de contaros mis pormenores recuro a una pequeña ayudita: un diario. Si, como leéis, un diario que escribí en aquellos años de infierno y calvario que viví. Algunos dirán que si eso ya no se estila, que si que curseria, que solo tienen diario las niñas mimas y cursis cuando se aburren o cualquier ocurrencias varias que se os ocurra. No sé si era un anticuado, ya que ese diario como he mencionado antes lo escribí durante mis años de instituto, pero siempre viene dejar constancia en algún sitio sobre lo que te acaece en un momento determinado. El diario es una especie de libro con anotaciones y comentarios que dejaba muy de vez en cuando, algunas veces mencionaba tal hecho cuando había pasado unas horas o bien unos meses. Asique que se podría decir que ese legajo de papeles es una prolongación de mi memoria y no solo eso, sino que también de los distintos pensamientos y sentimientos que pugnaban dentro de mí (que cursi a quedado esto, ¿no os parece?). Cuando decidí hacer este blog decidí recurrir a aquel diario, el cual estaba en un cajón abandonado desde que salí del instituto, es ahí cuando decidí no volver a escribir nada en aquellas hojas y así lo cumplí y nunca más saque aquel libro del cajón, hasta que se me ocurrió lo del blog. Fue y es curioso comprobar y ser testigo de hechos que deje reflejado en aquellas hojas, algunas veces son solo pequeñas referencias otras en cambio son auténticos escritos detallados que me sorprenden de la cantidad de detalles, detalles que a mí ya se me habían olvidado. Se puede ver en las primeras hojas una letra grande y con un montonazo de faltas de ortografía escrita a lapicero. Eso fue cuando entre en el instituto. Es increíble la sinceridad e ingenuidad con la que volqué mis primeras impresiones sobre el instituto y como muestra un botón [... Me he sentido muy bien en mi primer día de instituto], esto que acabáis de leer es un extracto del diario, fue escrito el primer día de instituto cuando llegue a aquel lugar. No podía yo pensar que tiempo después aquellas palabras escritas por mi se convertirían en algo irónico y hasta se podía decir que un chiste de muy mal gusto. Pero la verdad era esa, no podía imaginar aquel día, aquel primer día de instituto que todo aquello se convertía en una pesadilla para mí. A partir de mi primer día de instituto el diario recoge varias menciones positivas sobre algunos compañeros, ninguna negativa de nadie. Se pueden encontrar palabras como a gusto, feliz, contento y cosas parecidas en referencia a mi primer día de instituto. Pero a medida que va avanzando las fechas en el transcurso de aquel curso se pueden ver que surgen los primeros problemas [Hay algunos (compañeros) que se meten bastante conmigo, sin que yo les provoque ni les insulte, pero seguro que se les pasara esa actitud ya que no les hago ni caso] [Hace unos día a ....., ......, ....... y ....... (No me voy a referir aquí sus nombres, aunque en el diario si aparecen) se metieron conmigo e incluso me dieron una paliza, pero les pusieron un parte a todos y parece que algunos ya no se meten conmigo] Uno puede detectar en estas dos anotaciones que mi precepción sobre los abusos era transitoria y pasajera e incluso en otras referencias que escribí le quitaba bastante importancia al asunto, aunque no comprendía la actitud de aquellos que me acosaban. Pero mi ingenuidad no solo se plasma en la manera que relataba situaciones, sino en algunas opiniones y comentarios como estos [Me alegra cuando llegan los lunes (como veis no estaba muy allá que digamos ¿quién estando en su sano juicio se alegra que lleguen los lunes?) porque veo a mis compañeros y a mis amigos de clase.......] Esa ingenuidad y esas letras a lápiz siguen durante varias hojas, hasta que llega el segundo año y la letra grande escrita a lápiz da paso a una letra mucho más pequeña y escrita esta vez con boli. Sigue habiendo ingenuidad en algunas apreciaciones sobre algunos hechos que aarecen mencionados, pero esa ingenuidad se va borrando según van pasando los meses de aquel año. [Este año no está siendo como el año pasado, me siento extraño y marginado en clase y apenas me relaciono con la gente de clase.] Cada vez estoy más solo, antes me iba con los amigos que hice en primero, pero empezaron a cambiar su actitud hacia mí, muchas veces se burlan de mi y hacen bromas y chistes sobre mi todo el rato. Y como colofón en los recreos intentan darme esquinazo para que no me balla con ellos. Si no quieren que me fuera con ellos ¿por qué no me lo han dicho a la cara?, pero todo eso ha cambiado y para tener a gente así como supuestos amigos mejor estar solo] Los acontecimientos a lo largo del tiempo hicieron que restos de amargura se pudiesen ver en cada comentario o acontecimiento que relataba en el diario. Pasó el tiempo y como habéis visto en las diferentes entradas que he ido publicando, el problema nunca se esfumo y como consiguiente el diario los siguió reflejando a lo largo de los cursos que iba pasando. Ya la letra grande y a lápiz nunca aparecería y tampoco los comentarios positivos relacionados sobre el instituto, estos brillaban por su ausencia. En su lugar fue sustituido por una letra más pequeña retorcida y escrita a boli negro, tan negro como los hechos que plasmaba en el diario, tales como por ejemplo: [Como siempre el instituto ha empezado rematadamente mal, aunque eso ya no es noticia y tampoco que eso es un autentico infierno, no me quiero imaginar como terminara este año. (......) Que he hecho yo para merecerme esto? ¡¡¡¿Que le hecho yo, acaso les molesta que exista que allá nacido?!!! No hay una respuesta lógica a mis preguntas, solo queda una: les encanta humillarme, se divierten al ver mi cara de no saber qué hacer, responderles o golpearles a todos aunque me arriesgue a que me peguen una paliza tan grande que me lleven al otro mundo, se ríen de mi a todos horas, eso les hace sentirse bien, ¿Qué culpa tengo yo de que ellos tengan problemas? Se creen que me pueden tomar el pelo como a un niño de 7 años (......)] Esto solo son ejemplos, pero el diario está repleto de estas ideas y jalonado de numerosas derrotas personales. Así plasme mi personal y particular descenso a los infiernos. Hasta el último segundo de instituto fui plasmando todo lo que me acaecía en aquel libro hasta que salí de aquel lugar, nunca pensé que volvería a abrirlo y que mis ojos paseasen por aquellas letras cargadas de dolor y frustración. Pero tampoco pensé en hacer un blog contando mis vivencias y sin embargo lo hecho, uno nunca sabe los caminos de la vida.



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